EL Molino del Corcho es un edificio que data del siglo XV aunque no podemos descartar que tuviese actividad de molienda también durante la época musulmana de la península ibérica. Fue Molino harinero hasta comienzos del XIX. Dedicado a la molienda de trigo para el concejo de Sevilla, al que tributaba los impuestos por su actividad. Ha sufrido diferentes transformaciones a lo largo de su historia como pequeña industria la última de las cuales le dio su distribución arquitectónica actual.
A comienzos del siglo XIX el Molino cambia de actividad productiva. La presencia de bosques de alcornoques y por ende la producción de Corcho, orienta el uso del Molino hacia la molienda de esta materia prima. El ferrocarril llegaría a la localidad de Cazalla de la Sierra el 16 de enero de 1885. Su llegada y la proximidad al Molino, convertiría a éste en un polo de actividad. 40 trabajadores a tres turnos desarrollarían sus labores en las instalaciones del Molino durante los al menos 75 años que estuvo funcionando como industria destinada a la manufactura y gestión del Corcho.
Entre los meses de mayo a julio, cuando tiene lugar la sacá del corcho, en el Molino se realizaban labores de tratamiento de las planchas de Corcho y almacenamiento par su posterior transporte vía ferrocarril. El bornizo de Corcho y los restos de peor calidad se pasaban por las piedras del Molino desde septiembre a junio. El Corcho molido se empleaba como conservante para el transporte de materias primas frágiles, fundamentalmente uva de mesa.
Las obras de remodelación que sufrió el Molino a comienzos del siglo XIX retranquearon el edificio de molienda, aumentaron el salto de agua y el ancho del caz del Molino para dotar de mayor energía potencial al mismo. A comienzos del siglo XX el ferrocarril y los entonces propietarios del Molino realizarían unas obras en el muro de presa del Molino que le darían mayor carga de agua y que satisfaría tanto a la estación de ferrocarril del agua necesaria para las locomotoras de vapor como a la industria de molienda del Corcho.
En los años 60 del siglo XX, con la llegada de la electricidad y el desarrollo de motores de gasoil y eléctricos capaces de desarrollar la fuerza motriz que antes ofrecia el agua, así como la profunda crisis del campo que provocó una importante migración hacia las ciudades donde despegaba la industrialización de la España del final de la dictadura, se produce un paulatino abandono de la empresa y su posterior desmantelamiento.